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5 cosas que todos los enfermeros lesionados en el trabajo deben saber

Por Jerry M. Lehocky

En mis más de 30 años de ejercicio de la abogacía, he tenido el placer de representar a muchas enfermeras y profesionales de la salud en sus reclamaciones de compensación laboral, algunos de los momentos más difíciles de sus vidas. Dada la actual pandemia, las enfermeras siguen siendo una de las ocupaciones de primera línea más esenciales en nuestro país. Además de estos factores de riesgo, hay muchos informes que revelan las asombrosas tasas de lesiones de los enfermeros. Hay algunas cosas que todos los trabajadores del ámbito de la enfermería deben saber cuando se trata de lesiones en el trabajo.

  1. La enfermería es una de las profesiones más propensas a los accidentes. La enfermería tiene índices de lesiones más elevados que la construcción y las fuerzas del orden. Algunas de las lesiones más comunes que sufren los celadores, los auxiliares de enfermería, los asistentes de cuidados personales y los enfermeros titulados son: desgarros de los manguitos rotadores, esguinces y distensiones, lesiones articulares y hernias discales.

Cada año se producen aproximadamente 35.000 lesiones de espalda y de otro tipo entre los empleados de enfermería, lo suficientemente graves como para que tengan que faltar al trabajo. Muchas de estas lesiones se producen por la actividad diaria de levantar o mover a los pacientes.

  1. No hay ninguna forma segura de levantar a un paciente. Aunque en los programas de enfermería se sigue enseñando la mecánica corporal adecuada para levantar a los pacientes -una técnica que tiene 100 años de antigüedad-, todavía puede causar una enorme tensión en sus cuerpos. No hay limitaciones en cuanto a la cantidad de peso que pueden levantar los empleados de enfermería; el 90% son mujeres. En cambio, los trabajadores de las fábricas -que son en un 93% hombres- tienen prohibido levantar más de 35 libras.
  2. Los hospitales y las empresas no invierten en la seguridad de las enfermeras. En los hospitales y otras instalaciones pueden instalarse equipos de elevación que eviten cualquier tensión en el cuerpo de los trabajadores sanitarios. En algunos hospitales, las lesiones de espalda disminuyeron en un 80% una vez que se instaló este tipo de equipo. Algunos hospitales creen que costaría más instalar estos dispositivos y formar a los empleados en su uso que pagar las indemnizaciones a los enfermeros lesionados.
  3. En los hospitales y otros centros sanitarios existe una cultura del miedo a notificar las lesiones. Muchas enfermeras no informan de sus lesiones por miedo a perder su trabajo. En Pensilvania es ilegal que los empresarios despidan a sus empleados si éstos presentan reclamaciones de indemnización por accidente laboral. Las enfermeras deberían hablar con un abogado antes de presentar una reclamación de indemnización por accidente de trabajo para asegurarse de que sus derechos están protegidos.
  4. Las lesiones no tienen por qué estar causadas por un solo acontecimiento. Mientras que algunos profesionales de la enfermería sufren una lesión importante, otros la desarrollan a lo largo del tiempo. El túnel carpiano, el dolor de espalda, el dolor de hombros y otras afecciones se producen como resultado de movimientos repetitivos a lo largo del tiempo. Si estas condiciones se agravan o empeoran debido a su trabajo, se consideran lesiones relacionadas con el trabajo.

Si eres un enfermero o profesional de la enfermería que se ha lesionado en el trabajo,
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